La terapia de sonido o sonoterapia es una práctica muy antigua que se basa en utilizar la voz, canciones o instrumentos musicales para generar sensaciones positivas en nuestro organismo a través de vibraciones. Hoy en día, incluso se llega a considerar una forma terapéutica respaldada por científicos. Pues organizaciones como la Sociedad Internacional para la Música en la Medicina o la Asociación de Medicina y Artes trabajan con el sonido para tratar a sus pacientes.
No debemos confundir los sonidos y la música con el ruido. El ruido puede afectar gravemente a nuestra salud. Según el Ministerio de Sanidad, el ruido afecta “casi la totalidad de los elementos del organismo humano”, perjudicando el sistema respiratorio, sistema digestivo, respiratorio, neurovegetativo y circulatorio.
En cambio, la música, puede beneficiar nuestro bienestar psicológico. Una investigación encabezada por Ferguson y Sheldon en 2012 que fue publicada en The Journal of Positive Psychology afirma que escuchar ciertos tipos de música puede producir efectos positivos y reducir el riesgo de padecer enfermedades mentales. De la misma forma, un informe publicado por investigadores de la universidad de McGill en Montreal demuestra que la música ayuda a liberar dopamina, una de nuestras hormonas de la felicidad.
Hablamos con Cristina Villafranca Garreta, directora y fundadora de Musicoterapia BCN Psicología y Musicoterapia Clínicas, nos cuenta cómo funcionan en su clínica: “las intervenciones están planificadas y orientadas en función de las singularidades del sujeto y las necesidades específicas de este”. Es por esto, que es muy importante analizar al paciente detenidamente, desde su situación actual y su pasado, hasta su relación pasada con la música.
Como explican en su blog, “la función del terapeuta recae en acompañar los procesos terapéuticos de personas con necesidades psicológicas o que tienen inquietud en aspectos relativos al autoconocimiento”. Los tratamientos que ofrecen siempre son personalizados ya que, por mucho que los instrumentos como los cuencos tibetanos o el shruti box estén asociados a técnicas de relajación (como el yoga) puede haber personas que hayan tenido una mala experiencia con estos sonidos.
Lo mismo ocurre con las canciones, hay melodías que nos pueden parecer muy alegres y que nos traen recuerdos de nuestra infancia y que otra persona la asocie con un trauma del pasado. Villafranca compartió que las canciones o sonidos de “ritmo bajo, melodías sencillas y armonías sin tensiones” suelen ser las más apropiadas para transportar al paciente a un estado de relajación.
No solo se trata de ponerle canciones a los pacientes, el equipo de Cristina Villafranca someten a los pacientes a varias técnicas de psico-musicoterapia, que incluyen tanto la palabra como la música. Algunas de estas terapias incluyen: tooning (vocalizaciones y resonancias vocales), canto terapéutico (de forma improvisada con ayuda del especialista), improvisación con instrumentos musicales, estimulación musical o expresión musical.
Hay muchas formas de realizar terapias de sonido desde cuencos cantores, tubos que emiten sonidos y otros instrumentos. La idea es someter a las personas a un estado de reposo a través de escuchar ciertos sonidos. El fundador de la Academia Británica de Terapia de Sonido, Lyz Cooper, asegura que hay personas que durante estas terapias entran en un estado alterado de consciencia. Además, afirma que estas terapias permiten que el sistema se reequilibre químicamente y que la mente se relaje.
Hay ciertas áreas neuronales que se activan en nuestro cuerpo cuando escuchamos música y que a su vez, responden ante estímulos auditivos, así lo explica el neurocientífico y músico Dr.Thaut. Esto es una terapia que sirve de gran ayuda para personas que padecen Parkinson o que han sufrido un ictus. Es increíble cómo a través de escuchar sonidos y melodías las personas pueden llegar a reforzar sus conexiones neuronales.
Las personas adultas no son las únicas que se someten a estos tratamientos, pues Cristina afirma que ella y su equipo trabajan con grupos infantiles e infanto-juveniles. Explican cómo “la musicoterapia infantil es muy útil para resolver todos aquellos problemas y dificultades que suelen manifestarse habitualmente en los primeros años de vida de los niños” como puede ser la dislexia, déficit de atención o problemas de conducta entre otros. El objetivo de estas sesiones es que los niños desarrollen “aspectos psicosociales como la comunicación, la interacción, el lenguaje, gestión de conflictos...etc.”
Asimismo, estas terapias también pueden servir de ayuda para las personas que sufren trastornos depresivos, ansiedad o estrés. Un informe lanzado por el Global Council on Brain Health llamado “Music on Our Minds” destaca los beneficios emocionales que contiene la música y cómo puede ayudar a las personas que padecen este tipo de trastornos mentales.
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